3 de octubre de 2010

Metal birds falling, A silver Mt Zion en México

1 de octubre de 2010, Teatro sin nombre

Fotos: Diego Figueroa, al cual agradecemos su amable colaboración.

Puedo contar con los dedos de una mano las oportunidades que he tenido de ver bandas como esta en vivo, que basan su sonido en la simplicidad de los instrumentos, dejando los grandes escenarios y presupuestos a un lado, ocupando pequeños espacios para grandes momentos, reuniendo a poca gente que entiende qué es lo que escucha.

El anuncio de A silver Mt Zion parecía una broma, hasta que se anunció el lugar, hasta ahora desconocido, y la fecha, a partir de hoy recordada. La primera noche de octubre y su luna esperada, el frío ideal para la ocasión, una exhaustiva revisión a la entrada, Madhatter haciendo bien lo suyo.

La banda salió a un escenario oscuro, sin alguna luz de colores que distrajera los sentidos o su ejecución, sin elementos de sobra, solo 2 violines, un cello, un a guitarra y las voces. Efrim Menuck saludó a los presentes y comenzó el recital con I build myself a metal bird. El sonido era impecable, y la ejecución perfecta. Era increíble cómo es que tan pocas personas en escena pudieran crear atmósferas tan implacables.

Los violines poco a poco se adueñaban del ambiente, la batería era un buen complemento, Thierry Amar comenzaba con densos acordes al inicio de I fed my metal bird the wings of other metal birds. Sucedió una cosa interesante entre canciones, Efrim Menuck animaba a la gente a hacerle preguntas, cosa que nunca había visto en un concierto.

No recuerdo muchas preguntas, solo respuestas y comentarios de Efrim: las aves como seres maravillosos, que era fan de los Rolling stones, que los músicos son cobardes y que le resultaba extraño que en nuestra ciudad hubiera tantos policías. También aclaró el mito de Wanda (que en efecto era su perro y que falleció), y sobretodo se mostró agradecido con la gente y como cómplice de aquellos que querían callar a gente que no dejaba de hablar diciendo “Shut the fuck up people”.




Después sonó la maravillosa There is a light, a mi gusto la canción que mejor sonó esa noche, desde su climax orquestal hasta su conclusión con voces que se van apagando poco a poco. God bless our dead marines y los violines de Jessica Moss y Sophie Trudeau dando un ritmo de baile pagano. La voz de Efrim, diferente pero profunda, las pausas, y sobretodo el mensaje: when the world is sick, can´t no one be well?, but i dreamt we was all beautiful and strong.



Black waters blowed/engine broke blues fue otra muestra de intensidad y perfección, 1,000,000 died to make this sound como un himno a los que se han ido por diferentes razones. Los presentes nos quedamos con las melodías y con el mensaje de Efrim: take care of each other and for fuck's sake take care of yourselves, that's the most important, take care of yourselves.

La noche terminó con Microphones in the threes, ya había pasado mucho tiempo, minutos que se fueron volando, música que quedará en las mentes de los presentes, aquellos que silenciosos e inertes disfrutaron cada acorde y el mensaje vocal y musical de estos extraños y ajenos que por una noche fueron nuestros amigos más cercanos.


1 comentario:

Chm64 dijo...

Corección: Tierry no toca Cello sino contrabajo